La Barcelona Franca y portuaria es un tremendo tumulto ordenado de actividad
comercial, es potente y abierta. Pulmón de una ciudad que respira del mar y de
cuyas mansas aguas se han escrito mil batallas.
El Monte juic, es el
lugar sagrado y santo que eligieron los muertos para mirar los últimos rayos del
sol de sus tardes soleadas y la montaña mirando al Sureste es un panal de
abejas, lleno de calaveras antiguas que duermen el sueño eterno del olvido,
mientras la marisma del mediterráneo fosilisa de conchas blancas la roca,
por
los siglos de los siglos
Avanzamos sin viento, ni velas, ni sarandeos. Es
fácil pensar quien es el dueño de este mar, que separa dos continentes, dos
culturas.
Una que llenó los campos de batallas y desembarcos y ahora exprime la
senectud de la vieja y priveligiada Europa y otra que flota al amparo del amaine
del tiempo, para cruzar a la libertad de una nueva vida. Esa invasión pacífica,
que llega del norte de Africa, con los fardos de su casa al hombro y un rebaño
de niños que vienen a salvar nuestras decadencias y bienestar
Como
cantara Serrat, "Quizás por que mi niñez, sigue jugando en tus playas. Y
escondidos tras las cañas duerme mi primer amor..." De aquello queda ahora los
pueblitos blancos y marineros, llenos de "jubilatas", bohemios, amantes del arte
y la cultura, adorando al Dios sol que han comprado para el final de sus
días.
Y en la memoria, eternas batallas de los Romanos,que lanzaron sus
barcos de guerra a la mar y convirtieron su "Marenostrum" en el pasillo de su
imperio, por donde saqueaban las colonias de la democracia impuesta, a sangre
marcial y brillos de espada asesina. Cuántas naves del olvido sumergen estas
aguas, cuántos muertos más, pagaran su libertad.
Cae la tarde, el sol se
dirige al plus ultra y nos acaricia una suave brisa, que invita al último
espéctaculo del día.
Mientrás, las naves de nuestra aventura duermen en
las bodegas, con las maletas llenas de ilusión al desembarco, nos sentimos unas
hormigas afortunadas,
flotando encima de un corcho de vino.
La puesta de
sol es un hermoso fresco de Miguel Angel que nos regala la última línea de color
en el horizonte.
Abajo el Folklore de Tanger golpea el camarote y nos
recuerda que en este Ferry manda el aroma a hierba huerto, a chilaba y sudor
moruno... Mientras unos resignados y mafiosos italianos exprimen los cuatro
duros que traen de vender sus cabras.
Mañana Genova, nos devolverá otra
moneda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario